es multifactorial. Cito algunos ejemplos tomados del artículo
"Child prostitution: global health burden, research needs, and
interventions", de Brian Willis y Barry Levy, The Lancet (359:
1417-22, 2002). Se sabe que familias numerosas prostituyen a uno o más de
sus vástagos para sostener al resto de los hijos; asimismo, algunos
"clientes" prefieren niñas, ya que consideran que es menos factible
que tengan SIDA o enfermedades transmitidas sexualmente. En el mismo sentido,
hija(o)s de trabajadores sexuales suelen seguir el mismo camino. Los niño(a)s
de la calle son frecuentemente empujados a la prostitución y reclutados por
proxenetas y traficantes. En algunas ocasiones, las niñas son raptadas o
seducidas y luego obligadas a ser prostitutas. Asimismo, se ha desarrollado,
sobre todo en países pobres, la industria del "turismo sexual", que
ha producido la muerte de algunas niñas. En suma, los problemas sociales,
económicos y culturales son un piélago imposible de resolver.
Niños y niñas participan
igualmente en la industria del sexo. La pobreza de las víctimas y el lucro
proveniente de esta actividad son las razones fundamentales por las cuales
florece este ejercicio. Se calcula que a escala mundial esta industria genera
anualmente 20 mil millones de dólares, de los cuales 5 son atribuidos a la
prostitución infantil. En algunos países pueden encontrarse niño(a)s menores de
10 años que han sido prostituidos. Algunos tienen entre cinco y diez relaciones
cada día. Las consecuencias son predecibles.
Historia de la prostitución
La proxeneta por Dirck van Baburen
(1622).
Origen y antigüedad de la
prostitución
La prostitución ha sido
calificada eufemísticamente como la "profesión más antigua del
mundo", ya que se conoce prácticamente desde que existen registros
históricos de algún tipo, y en prácticamente todas las sociedades.14 15
Un argumento que discute la
antigüedad de la práctica más allá de los registros históricos conocidos, desde
el punto de vista socioeconómico, afirma que el intercambio de favores sexuales
a cambio de bienes materiales requiere de un cierto tipo de acumulación
capitalista o asimetría en el acceso a ciertos recursos, o bien una
diferenciación social, que probablemente no se dieron entre los primeros grupos
humanos hasta que la tecnología no rebasó cierto umbral.
Sin embargo, desde un punto
de vista puramente biológico, en las últimas décadas la investigación
científica ha descubierto ejemplos de actitudes en animales que pueden
equipararse a la prostitución en los seres humanos: algunas especies de
pingüinos intercambian sexo por piedras adecuadas para la construcción de
nidos, y entre los chimpancés enanos existe un sistema social bien establecido
en el que, entre otras interacciones, las hembras ofrecen sexo a cambio de
comida, y como mecanismo de resolución de conflictos. Así, teniendo en cuenta
que casi hasta la Revolución industrial la economía mundial era básicamente
agraria, y que la mayor parte de los bienes se consiguen por intercambio, la
expresión sobre la antigüedad de la prostitución resulta bastante defendible.
En cualquier caso, la
prostitución ha ido evolucionando junto con las formas sociales, aunque ha
mantenido una imagen cada vez más estigmatizada con el paso del tiempo en la
mayoría de culturas.
En el mundo antiguo
Oriente próximo
Una de las formas más
antiguas de prostitución de la que existen registros históricos es la
prostitución religiosa, practicada inicialmente en Sumeria. Ya desde el siglo
XVIII a. C., en la antigua Mesopotamia se reconocía la necesidad de proteger
los derechos de propiedad de las prostitutas. En el Código de Hammurabi se
hallan apartados que regulan los derechos de herencia de las mujeres que
ejercían dicha profesión16
Los antiguos historiadores
Heródoto y Tucídides documentan la existencia en Babilonia de la obligación
para todas las mujeres, al menos una vez en su vida, de acudir al santuario de
Militta (la Afrodita griega, o Nana/Anahita) para practicar sexo con un
extranjero como muestra de hospitalidad, a cambio de un pago simbólico.
La prostitución estaba bien
presente en Cerdeña y Sicilia, así como en varias culturas fenicias, en las que
se practicaba como rito religioso en honor de Astarté. La práctica de la
prostitución se extendió por todos los puertos del Mar Mediterráneo,
presumiblemente en alas de las expediciones comerciales fenicias.
En Israel la prostitución
era común, a pesar de estar expresamente prohibida por la ley judía. Profetas
como Josué y Ezequiel se oponían a la misma con vehemencia. Existía también
como forma religiosa en el reino de Canaán, con la característica de que un
porcentaje significativo de quienes la ejercían en los templos eran
hombres[cita requerida].
La historia bíblica de Judá
y Tamar (Génesis, 38) proporciona una representación de la prostitución tal
como se practicaba en la sociedad judía. La prostituta ejerce su oficio al lado
de una carretera, esperando a los viajeros. Se cubre la cara, lo que la marca
como una prostituta disponible (en claro contraste con la costumbre en las
sociedades de Oriente Médio actuales, en las que las mujeres honestas deben permanecer
con la cara cubierta frente a desconocidos). Exige como pago un cordero, lo que
representa un precio bastante elevado en una economía eminentemente basada en
el pastoreo; solo los más acaudalados podrían permitirse pagar cantidades
equivalentes por un solo encuentro sexual. Aunque en la historia la mujer
resulta no ser una auténtica prostituta, sino Tamar, la nuera viuda de Judah
que pretendía engañarle para quedar embarazada, el hecho de que logre fingir
dicha profesión de forma exitosa permite asumir que dichas costumbres eran las
esperables con respecto a la prostitución en la época.
Grecia clásica
Cliente y prostituta
ilustrados en una copa de vino de la antigua Grecia.
Artículo principal:
Prostitución en la Antigua Grecia.
En la Grecia clásica, la
prostitución era practicada tanto por mujeres como por hombres jóvenes. El
término griego para la prostitución es porne, derivado del verbo pernemi
(vender), lo que ha generado una acepción moderna bien evidente. Las
prostitutas podían llegar a ser mujeres independientes e incluso influyentes.
Estaban obligadas a vestirse con ropas distintivas y pagar impuestos. Existen
ciertas similitudes entre las heteras griegas y las oiran japonesas, figuras
complejas en una situación intermedia prostitutas y cortesanas, de forma
similar a las tawaif hindúes. Algunas prostitutas de la Grecia Antigua, como
Lais de Corinto o Lais de Hicara, eran famosas tanto por su agradable compañía
como por su belleza, y cobraban sumas extraordinarias por sus servicios.
Solón fundó el primer burdel
(oik'iskoi) de Atenas en el siglo VI a. C., y con los beneficios mandó
construir un templo dedicado a Aprodites Pandemo (o Qadesh), diosa patrona de
dicho negocio. Sin embargo, el proxenetismo estaba terminantemente prohibido.
En Chipre y Corinto se practicaba un tipo de prostitución religiosa en un
templo que contaba con más de un millar de prostitutas (hierodules, Gr:
ιερόδουλες), según Estrabón.
Cada categoría especializada
de prostitución tenía su propio nombre: había chamaitypa'i, que trabajaban en
el exterior (tumbadas); perepatetikes, que encontraban clientes mientras
caminaban y luego se los llevaban a sus casas para realizar el trabajo;
gephyrides, que trabajaban cerca de puentes. En el siglo V a. C., Ateneo nos
informa de que el precio de un servicio era de un óbolo, un sexto de dracma, lo
que equivalía al salario medio de un día.
La prostitución masculina
era común en Grecia. Generalmente era practicada por jóvenes adolescentes, un
reflejo de las costumbres pederastas de la época. Los jóvenes esclavos
trabajaban en burdeles en Atenas, mientras que un muchacho libre que vendiera
sus favores se arriesgaba a perder sus derechos políticos una vez alcanzase la
edad adulta.
Antigua Roma
En la Roma antigua, la
prostitución era habitual y había nombres distintos para las mujeres que
ejercían la prostitución según su estatus y especialización; por ejemplo las
cuadrantarias, llamadas así por cobrar un cuadrante (una miseria); las
felatoras, practicantes expertas de la felación, etc. En esa sociedad, así como
también en la antigua Grecia, las prostitutas comunes eran mujeres
independientes y a veces influyentes que tenían que llevar vestidos de color
púrpura que las diferenciaban de las demás mujeres, y que debían pagar
impuestos. De esta manera, las hetairas griegas eran personajes que en cierto
modo son comparables a las geishas japonesas por su condición entre prostitutas
y cortesanas.
Mesoamérica
Entre los aztecas las
prostitutas eran llamadas āhuiyani ‘contento/a, satisfecho/a, feliz’ que
probablemente era una forma eufemística (del náhuatl āhuiya o āhuix ‘tener lo
necesario, estar feliz’). Ejercían al lado de los caminos o en edificios
llamados Cihuacalli, en los que la prostitución estaba permitida por las
autoridades políticas y religiosas. Cihuacalli es una palabra náhuatl que
significa "casa de las mujeres". Las mujeres recibían mercancías
usables como dinero a cambio de favores sexuales, y tenían un bajo estatus
social.
Edad Media
La Biblia también hace
numerosas referencias a la prostitución común. En la Edad Media la prostitución
se desarrolló de manera considerable en Europa. Los burdeles eran
frecuentemente regentados por los propios municipios. A raíz de la Reforma y de
la aparición de epidemias de infecciones de transmisión sexual en el siglo XVI,
la prostitución se vio sometida a cierto control, un control en el que
únicamente tres hombres podían tener relaciones con una mujer al día.
El Renacimiento
Del siglo XVIII hasta la
actualidad
Interior de un burdel,
pintura de Henri de Toulouse-Lautrec.
En los Estados Unidos la
prostitución fue declarada ilegal en casi todos los estados entre 1910 y 1915.
Sin embargo es un negocio floreciente.
Países comunistas
Durante el siglo XX muchos
países comunistas manifestaron que la prostitución no existía dentro de sus
fronteras, a pesar de la prostitución presente en Cuba en donde reciben el
apodo de «jineteras». El gobierno cubano aduce la presencia de la prostitución
como resultado del embargo económico norteamericano y las políticas de turismo
adoptadas tras la caída del muro de Berlín. Esto sucedió aún cuando el combate
a la prostitución fue una de las razones de la revolución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario